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Entrevista con Mara Brenner: La importancia de hacer surgir tu propia voz





Nos dimos el gusto de dialogar con la talentosísima Mara Brenner para el blog de Waira. En esta entrevista nos compartió sobre sus inicios, sus maneras de encarar los desafíos laborales, tips para los actores y actrices de doblaje y, por sobre todas las cosas, la importancia de sacar lo mejor de nuestra voz.


De nacionalidad argentina, Mara Brenner se formó como actriz de teatro en la EMAD (Escuela Metropolitana de Arte Dramático), es locutora recibida del ISER y de la Academia de Doblaje.


W: ¿Cómo fueron tus inicios? ¿Cómo fue ese pasaje de actriz escénica a actriz de doblaje?


M: Si bien comencé formándome como actriz escénica, desde pequeña de manera intuitiva me divertía explorando con mi voz y mis sonoridades haciendo voces a mis muñequitos jugando con mi hermana menor. Ensayaba durante horas las distintas voces, me fijaba que fueran voces distintas, que no se repitieran.

Hace algunos años atrás no estaba tan claro que las actrices y actores de formación escénica también podíamos trabajar con la voz, más allá de la actuación teatral, fue todo un hallazgo descubrir que era una posibilidad, así que comencé a buscar cursos para afianzar los aspectos técnicos ya que el español neutro lo tenía incorporado por el fanatismo, por la vida, por jugar a esto. No es que me puse a analizar dónde va la lengua en este momento y el palato alveolar. Por imitación lo incorporás. Lo que no tenía incorporado era la cuestión de estar con auriculares, con un micrófono, un anti pop y escucharte la voz. Son cuestiones técnicas a las que tenés que ir acostumbrándote, sobre todo la impresión de escuchar tu voz. Para mí, eso fue muy impresionante. Lo interesante es que te das cuenta que tu voz no es una sola. Que vos tenés una voz para hablar cotidiana que probablemente es la que no te gusta. Pero en la situación laboral profesional, vos hacés una selección de cosas. No usás todos los recursos que tenés en lo cotidiano, sino que usás otros que no aparecen en lo cotidiano, que aparecen en situaciones especiales. Son esas situaciones especiales y extraordinarias las que tenés que rescatar: cuando te estás riendo un montón, cuando estás llorando, cuando estás muy emocionada por algo o cuando estás hablando de manera muy íntima con alguien que te importa. Ahí es cuando sale una voz que sí probablemente te guste más, pero no porque sea linda, sino porque es una voz que está cargada de algo que te llega y que te conmueve y por lo tanto, puede conmover a otro. De ahí es de donde sacás los recursos expresivos. ¿Cómo me pongo de vuelta en esa situación para reproducir ese clima, esa atmósfera con mi voz? Después las cuestiones técnicas aparecen cuando rescatás de ese descubrimiento cuáles son las que te permiten volver a reproducir eso. Lo primero es ponerte en esa atmósfera artística o de juego, o intimidad que vos la hacés en tu vida cotidiana, pero no la hacés todos los días en cualquier momento. Y esos son los momentos que tenés que buscar.


W: Esto que vos hablás de lo genuino, ese entrenamiento para poder después replicarlo, es donde radica en gran parte el talento de ustedes. En poder reproducir esa emoción pero en el estudio, con los auriculares, con el micrófono…


M: Claro, sí. Es como lograr crear esa misma atmósfera en una situación que es completamente artificial, pero que yo no la veo como un obstáculo. También eso es algo muy común. Esto lo pienso más que nada para la gente que quiere empezar o que está haciendo cursos: “Pero yo tengo que ocuparme de mirar la pantalla, y a su vez decir bien el texto, y a su vez entrar en sincro”... Como si eso fuera un problema. ¿Tantas cosas tenés que hacer juntas? Parece imposible, pero no. En realidad, eso mismo es el beneficio de la situación. Sí, tenés que hacer todo eso junto. Eso es lo que te va a obligar a ponerte en clima. Si no tuvieras que hacer todo eso junto, no te pondrías en ningún tipo de situación en la que tu energía se alinee y se enfoque hacia un sólo objetivo. Entonces, no lo veas como un problema el tener que hacer todas esas cosas a la vez, porque sí, tenés que hacer todas esas cosas a la vez y además, tenés que pasar el ojo de la hoja. Ahora ya casi no usamos hoja porque está todo en la pantalla. Pero del texto a la película que estés viendo, sí. Y tenés que acostumbrar a tu ojo a que se mueva rápido. Son tantas las cosas de las que tenés que ocuparte que quizás te olvidás de que no te gusta tu voz. Entonces, está bueno que tengas que ocuparte de muchas cosas. No lo veamos como un problema, sino como un beneficio, como las limitaciones que te ayudan a crecer.


W: ¿Qué consejos compartirías para actores/actrices que están iniciándose, qué cosas tener en cuenta como los aspectos de la sincronización, de la interpretación, del entrenamiento vocal para que un actor/actriz haga surgir dentro de su espectro vocal, lo mejor?


M: Para mí, lo más importante del universo, es escucharte. No te digo que tengo una bandera, pero soy bastante fan del "autodidactísmo". Te lo dice una persona que hizo dos carreras. Yo hice la EMAD, después hice el ISER. Soy locutora también, pero lo más importante para mí, lo que yo elegí en realidad estudiar fue teatro y lo que hice mucho tiempo fue teatro hasta que empecé con el doblaje. La carrera de locución fue más una consecuencia de ya estar hace muchos años trabajando con la voz. Hace más o menos 9 años que lo único que hago es grabar. Te empezás a dar cuenta que tener el carnet de locutora te permite trabajar en un espectro más amplio de cosas y finalmente lo hice. Eso es algo a tener en cuenta y le diría a todos los que quieran trabajar con su voz, que lo evalúen. Ese es un buen consejo que a mí me hubiera gustado que me den. Con respecto a la parte de formación en sí, lo que es el aprendizaje, yo creo que está muy bien hacer cursos, ponerse en el contexto sobre todo para sacarse la vergüenza, acostumbrarse a que haya otros que te miren, que haya alguien que te evalúe de alguna manera, que te guíe, que te acostumbres a la dinámica sobre todo con doblaje. La dinámica de estar grabando y del sincro es algo imposible de practicar, ahora quizás ya no tanto, pero bastante difícil de reproducir en tu casa, en soledad. En los cursos también se trabaja de a dos. Hay algo del ritmo y del sincro que es más fácil aprenderlo de a varios, si hay sobre todo un profesor/profesora, alguien que guía esa experiencia. Aún así, la mejor escuela que creo que todos tenemos es nuestro propio oído y nuestras propias percepciones. Podés hacer 25 millones de cursos, decir que te formaste con tal, que hiciste tal cosa, los seminarios. Pero si después no te ponés a escucharte a vos misma, o a vos mismo, y grabarte y escucharte de vuelta, y poner en marcha lo que decíamos antes, cómo aprender a entrar en esos climas, de salir de tu voz cotidiana y empezar a conocer todas las otras voces que vos tenés, porque tenemos un montón de voces. Para mí eso es lo más importante de todo y los mayores descubrimientos que yo hice. La mejor escuela fue cuando pasé a tener en mi casa mi propio estudio. Poder grabarme las veces que quiera y no estar siempre con los tiempos del proyecto laboral o del pedido del momento. Tener la oportunidad de poder probar muchas cosas y de equivocarme, y de escucharme horrible, pero seguir probando y no en esa adrenalina que hasta ese momento había sido mi vida, donde el único momento donde estaba en una cabina era cuando iba a trabajar. Cuando hay que hacer otra cosa, hay que resolverlo y a veces, estás con una persona que quiere que hagas tal cosa si o si. No es que te va a editar, o dejar que pruebes mucho. No siempre pasa eso, y está bien y es lógico, porque son los tiempos laborales. En cambio, cuando vos tenés tu lugar, pueden surgir cosas, pruebas, cosas que yo creía que no me salían o que no eran para mí, pero que solo necesitaba probarlas un poquitito más. No era lo que naturalmente me iba a salir, pero la realidad es que si lo explorás un poquito más, le encontrás la vuelta. No siempre para que me salga una cosa, tengo que tomar un curso de esa cosa. No necesariamente. Una vez que ya tenés ciertas herramientas, puede que ya hayas hecho varios cursos, tratá de ponerte a trabajar. Tratá de enganchar de algún lado. Esa misma gente que conociste en los cursos, que son tus contactos, que te den la oportunidad de grabar. Los caminos de la locución y de la interpretación de voz son enormes. Podés grabar e-learning, contestadoras, audiolibros, publicidades, meditaciones. Yo les diría que traten de trabajar lo más rápido posible. No va a ser perfecto. Lo perfecto es enemigo de lo bueno. Es así. Traten de trabajar, de mandar castings. La mejor escuela es el trabajo, hacerlo con todos los errores, con todos los pifies, con todos los tropezones que eso implica. Necesitás equivocarte y necesitás escucharte horrible muchas veces y necesitás decir “esto no me gusta” muchísimas veces para poder encontrar lo que sí te gusta. Es información que vos necesitás. Para mí, esa es la mejor enseñanza de la vida. Necesitás hacerlo mal un montón de veces. Y ahí, después de hacerlo mal muchas veces, infinitas, vas a rescatar una parte. Así vas construyendo algo. No vas a esperar a hacerlo perfecto y bien de entrada. Harás cosas que son menos glamorosas que otras, pero lo que importa es que te mantengas trabajando. Dentro de ese mantenerte trabajando, podés hacer muchas cosas poco relevantes para el ego. Si vos querés trabajar con la voz, buscá trabajos que sean trabajar con la voz. No importa si es un contestador automático. Sacarse un poco el prejuicio de “yo soy buena para esto, para lo otro no” o “solamente puedo hacer esto o lo otro”. Y el prejuicio de lo que te digan otros. Es fundamental trabajar sobre la autopercepción y grabarse y escucharse. Equivocarse es algo grandioso. No lo digo como frase hecha. Llamémosle equivocarse a hacer algo que no te guste. Eso es lo que te da información. Si no, ¿de dónde sacás esa información? Si vos no confiás en tu propia percepción, en la información que tu propia voz te está dando, y tu propio registro… todos sabemos lo que está bueno. Hay ciertos estándares. Todos sabemos lo que suena bien y lo que suena mal. Hay algo que una se da cuenta que va, hay ciertas cosas que son orgánicas. Si vos sabés, confiá en tu percepción. No olvidemos también que esto es un trabajo que se inserta dentro de un mercado y el mercado ya sabemos que es múltiple. Lo que no engancha en un lugar, engancha en otro. Hay mucha diversidad. Una vez que ya tenés un arsenal de recursos y ya te escuchaste mucho, la verdad es que creo que podés resolver casi cualquier cosa. Eso mismo te permite saber dónde están tus limitaciones. Hay cosas para las que tu voz orgánicamente no queda bien. Y está bueno también saberlo. No hay forma de llegar a saber dónde están tus limitaciones si vos misma te autolimitás de entrada. Pensás que tu limitación es todo el universo. Y no, tu limitación capaz que eran tres cosas y el resto capaz las podés resolver. Confiá en vos. Escuchate, grabate. Buscá encontrarte con tus propios colores y tus propias voces y con cosas que quizás, si te liberás de esos prejuicios, aparecen como nuevas. Hasta que no las terminás de explorar, tampoco otra persona va a poder escucharlas y disfrutarlas. No te quedes esperando la aprobación o la evaluación externa todo el tiempo. Eso para mí es lo más importante. Es realmente confiar en tu propio poder y en tu propia percepción y escucharte un montón y permitirte hacer cosas horribles para poder rescatar de ahí esa información que tu cerebro necesita para avanzar. No hay manera si no de crecer.


W: La voz, como el instrumento que nos es dado, es algo interno y también tiene que haber un laburo interno. Siento que eso es la conclusión de esto que nos estás transmitiendo. Sin ese trabajo interno, por más que hagas y busques afuera un montón de cosas, hay algo que tenés que sacar para afuera…


M: Vos sos tu principal maestra. Eso lo creo desde ya. Vos, tus oídos, tu propia percepción. Hay un tema con las famosas creencias limitantes. Una vez que ya decidís que sí, es eso: mandarte y equivocarte y asumir que eso te va a pasar toda la vida. Es la única forma de aprender y crecer. No queda otra. En base a eso vos decidís “para esto yo necesito una ayuda”. Para esto concreto, necesito una formación con esta persona. Pero no caer en “ay, no sé nada, entonces tengo que pasarme 40 años haciendo cursos”. Empezá a tratar de trabajar de una y mientras tanto, te seguís formando. Es un simultáneo. Va todo junto. Si hacés algo y sale al aire, que lo escuchen otros, que te den su devolución. Siempre la persona que maneja sos vos. La que maneja tu formación y la que maneja tu trabajo y tu camino. En eje, firme. No darle tu poder a otro que te diga lo que está bien y lo que está mal. Es más sacar cosas que molestan que adquirir cosas brillantes que, en realidad, ya están ahí. Es como un pulido. Pero para pulir, hay que equivocarse un montón y hacer cosas espantosas, y luego encontrarse con ese brillo propio.




Pueden escuchar a Mara y conocer más sobre sus trabajos en los siguientes links!







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